LOGH I- En la noche eterna

Capítulo 1: En la noche eterna.
El capitán de la marina imperial Siegfried Kircheis se congeló un momento cuando pisó el puente. Las profundidades del espacio se abrían ante él, salpicadas de incontables puntos de luz – abrumadoramente masimos, pareciendo envolver su cuerpo por completo.

Por un momento estuvo allí en silencio, pero en un instante la ilusión de que flotaba en un mar de negrura infinita desapareció. Kircheis sabía que el puente del acorazado Brunhilde estaba construido en la forma de un hemisferio gigantesco, cuya mitad superior era una única pantalla. Llevando de nuevo sus sentidos lejos del vasto cielo y de vuelta al suelo, Kircheis echó otro vistazo al puente.

La iluminación en la vasta cámara era extremadamente tenue, creando una oscuridad crepuscular. La tripulación se movía de acá para allá entre incontables pantallas, consolas, instrumentos, ordenadores y dispositivos de comunicación de todos los tamaños. Los mivimientos de sus cabezas y miembros le traían a la miente bancos de peces migratorios surcando las corrientes.

Las fosas nasales de Kircheis detectaron la leve traza de un olor casi imperceptible, uno con el que los soldados que estaban en el espacio estaban familiarizados, que se producía por la mezcla del oxígeno reciclado el ozono emitido por la maquinaria y la adrenalina excretada por los tensos soldados que pronto entablarían combate.

El joven pelirrojo se volvió al centro del puente y caminó hacia él con pasos largos. A pesar de que ostentaba el rango de capitán, Kircheis no llegaba a veintiun años de edad. Cuando vestía de paisano, no era nada más que un “atractivo , pelirrojo largirucho” como susurraban las oficiales femeninas de la retarguardia.
De vez en cuando, le molestaba que su edad y su rango estuvieran tan desproporcionados el uno con el otro. El no podía aceptar sus circunstancias en la calmada y fría manera que lo hacía su oficial al mando.

El conde Reinhard von Lohengramm estaba recostado en su sillón de mando en ese momoento que estaba inclinado ligeramente hacia atras mientras miraba intensamente al mar de estrellas que inundaba la gran pantalla del puente de mando. Kircheis sintió una suave resistencia en el aire mientras se acercaba. Una barrera a prueba se sonido estaba alzada. Las conversaciones que tuvieran lugar en un radio a cinco metros de Reinhard serían inaudibles para cualquiera que estuviera fuera de la barrera.

“¿Mirando a las estrellas, excelencia” Le preguntó

Un momento después de oír la Voz de Kircheis, Reinhard movió su línea de visión y devolvió el sillón de mando a su posición original. A pesar de que todavía estaba sentado, su uniforme- funcional, negro con adornos plateados aquí y alli- dejaban clara la masculinidad de sus esbeltos y bien balanceados miembros. Reinhard era un joven atractivo. Uno podría incluso decir que su atractivo no tenía igual. Su cara redonda y ovalada estaba adornada por un múltiples mechones de cabello dorado ligeramente rizado, y sus labios y el puente de su nariz tenían un aire de elegancia que traían a la mente la sensación de estar contemplando una escultura tallada por las manos de algún antiguo maestro artesano

Pero lo que nunca podría ser reflejado en una escultura sin vida, serían sus ojos- de un azul glacial que brillaban con una luz semejante al filo de una espada intensamente pulida, o el resplandor de alguna estrella congelada en el cosmos. “Hermosos ojos ambiciosos”- era un cotilleo muy habitual entre las damas de la corte. “Peligrosos ojos ambiciosos”, susurraban los hombres.

De cualquier manera, era cierto que esos ojos poseían algo más que la perfección pétrea de una escultura.

Mirando a su leal subordinado, Reinhard respondió “Si, me gustan las estrellas”. Entonces añadió “¿Te has vuelto a hacer mas alto?”

“Sigo midiendo lo mismo que hace dos meses, Excelencia: 190 centímetros. No creo que vaya a crecer más”

“Ciertamente, siete centímetros mas alto que yo es mucho”, respondió Reinhard. En el sonido de su voz había el tono de un estudiante extremadamente competitivo. Kircheis sonrió débilmente. Hasta hace seis años, no habían habido diferencias entre sus alturas. Pero cuando el estirón de Kircheis empezó a poner distancia entre la altura de él y la de Reinhard, el muchacho rubio se había frustrado verdaderamente. “¿Vas a dejar a tu amigo detrás y a crecer tu solo?- Se quejaba a veces. Este era el lado infantil de Reinhard, del que solo Kircheis -y solo otra persona más- sabía.


“Ya veo”, respondió Reinhard. “Entonces, ¿Que te trae aquí?”

“Si, señor. Es la formación de batalla de la fuerza rebelde. De acuerdo a informes de tres de nuestras naves de vigilancia, se acercan a nuestras fuerzas desde tres direcciónes a velocidad uniforme. Podría usar la pantalla de su consola?”

El joven alto almirante asintió con la cabeza, y Kircheis movió sus manos ritmicamente sobre la consola. En la pantalla que ocupaba la mitad izquierda de la consola de mando de Reinhard, aparecieron cuatro flechas flotantes, posicionadas en las partes superior, inferior ,izquierda y derecha de la pantalla, y todas avanzaban hacia el centro. Solo la flecha de la parte inferior de la pantalla estaba coloreada de rojo. Las otras tres eran verdes.

“La cuarta flota del enemigo se encuentra justo frente a nosotros, estimamos que su fuerza es de 12,200 naves. Esta a 2200 segundos luz de nosotros. A nuestra velocidad actual, haremos en seis horas.”

Kircheis movió su dedo por la pantalla. En la parte derecha estaba la segunda flota de la alianza, con una fuerza de 15,200 naves; aproximandose desde una distancia de 2,400 segundos luz. En el lado derecho estaba la sexta flota cuya fuerza ascendía a 13200 naves, que avanzaba desde una distancia de 2050 segundos luz.

Con el desarrollo del sistema de campo antigravitatorio- junto con toda clase de dispositivos permeables al radar, las ondas electromagnñeticas y los materiales que volvían al radar inútil a la hora de determinar posicion y fuera de las unidades enemigas, siglos atras, los militares galacticos habian vuelto a confiar en metodos clasicos, como la vigilancia humana mediante el uso de naves de exploracion o satélites de vigilancia. Tras calcular las diferencias de tiempo y factirizar la distancia, la información de inteligencia reunida de esta forma podía usarse para obtener la posición del enemigo. Añadiendo a esto, las estimaciones obtenidas referidas a las emisiones de calor y masa y una util- aunque imperfecto- cálculo del tamaño de la fuerza enemiga podía ser obtenido. 


“Así que en total 40,000 naves, ¿eh? Dos veces el tamaño de nuestra flota”

“Están tratando de envolvernos al venir por tres dirección diferentes”

“Y supongo que esos viejos generales seniles que estan de nuestro lado han palidecido, o quizás se han puesto rojos.” Reinhard permitió que una rencorosa sonrisa se dibujara en su cara. A pesar de que le acababan de decir que estaban siendo rodeados por una fuerza que les doblaba en tamaño, ni una pizca de pánico apareció en la expresión de Reinhard.

“Pálidos, sin duda”- Repondió Kircheis “Los cinco almirantes han venido aqui, apurados, para solicitar una reunión con su excelencia”

“¿Oh?¿Después de que cerraran sus bocazas diciendo que ni siquiera querían ver mi cara?”

“¿Te niegas a reunirte con ellos?”

“No. Los vere...Para iluminarles”

Los cinco hombres que aparecieron ante Reinhard eran el Almirante Merkatz, los vice-almirantes Staden y Fogel, y los contraalmirantes Fahrenheit y Erlach. Ellos eran los “viejos generales seniles” de quién Reinhard había hablado, aunque quizás el término fuera demasiado duro. Merkatz- el más viejo de ellos- no llegaba a sesenta, y el más joven – Fahrenheit- tenía solo 31. No es que ellos feran demasiado viejos, sino que Reinhard y Kircheis eran demasiado jóvenes.

“Tiene nuestro agradecimiento, su excelencia”, dijo Merkatz, hablando por todos ellos “por permitirnos ofrecer nuestra opinión” Merkatz había entrado al servicio mucho antes de que Reinhard naciera, y tenía conocimientos y experiencia tanto en combate como en la administración militar. Su altura, era media y su complexión de huesos gruesos y ojos somnolientos le daban la apariencia de un hombre de mediana edad nada destacable, pero su hoja de servicios y su reputación eran mucho mayores que los de Reinhard.

Tomando la iniciativa, Reinhard respondió con amabilidad “Entiendo lo que quieren decir, señores” Solo en apariencia, seguía la misma etiqueta que Merkatz había empleado “Desean traer a mi atención nuestra desventaja circunstancial”

“Lo hacemos, su excelencia”- Respondió el vicealmirante Staden, avanzando medio paso adelante. Staden tendría unos cuarenta, era delgado como un cuchillo y daba la impresion de ser un hombre con una mente muy afilada. Como soldado, era el tipo de “Oficial de personal” que sobresalía en teoría tactica y hacer discursos.

“El enemigo tiene el doble de naves que nosotros. Además están tratando de envolvernos por tres direcciones. Esto significa que en terminos de preparación para la batalla, ya estamos por detrás del enemigo”

Los ojos azules de Reinhard brillaron fríamente cuando miró directamente al vicealmirante. “En otras palabras, ¿ dice que perderemos?”

“No he dicho nada similar, excelencia. Pero es un hecho que estamos en desventaja en términos de preparación. Si mira a la pantalla, lo entenderá”

Siete pares de ojos se fijaron en la pantalla de la consola de Reinhard. Las posiciones de las dos fuerzas opuestas, como Kiecheis le había mostrado a Reinhard, estaban allí indicadas. Desde el exterior del campo repelente de sonido, los soldados dirigían miradas profundamente curiosas a los oficiales de alto rango. Luego, ante la mirada del vicealmirante Staden, todos desviaron la vista apresuradamente. Después de detenerse para aclararse la garganta, el vicealmirante comenzó a hablar nuevamente.

“Hace muchos años, una flota que era el orgullo del imperio fue llevaga a la más lamentable derrota por los rebeldes de la así llamada Alianza de planetas libres. Es la misma formación que usaron entonces”

“Habla de la aniquilación de Dagón ¿correcto?”

“Si. Fue una derrota ciertamente lamentable” Un profundo, pesado suspiro escapó de los labios del vicealmirante. “ La victoria en esa batalla pertenecía por derecho al verdadero governante de la humanidad- su alteza el Kaiser del imperio galáctico- y a sus leales sirvientes, los oficiales y soldados de nuestra fuerza militar. Pero ellos fueron atrapados sin previo asico por el truco astuto de las fuerzas rebeldes y al final eso causó la muerte de un millón de nuestros mejores, más bravos y más brillantes, tuvieron muertes sin sentido. Si- en la proxima batalla- fueramos a seguir los pasos de aquellos que nos precedieron, traeríamos gran pena a su alteza, asi que- en mi limitado pensamiento, pero ¿no sería más sabio realizar una retirada honrosa ahora, antes de que apresurarnos impetuosamente y avanzar en pos de un logro?”

Estúpido pensamiento desde luego, charlatán peor que incompetente. Pensó Reinhard. Pero cuando abrió la boca, dijo “ Reconozco su elocuencia, señor. Sin embargo , no puedo aceptar su argumento. La retirada está fuera de la cuestión”

“Pero….¿Por qué?¿Podríamos escuchar su razonamiento?”

la mirada que surgió de los ojos de Staden parecían añadir ...niñato imposible de enseñar, pero sin pensar en ello, Reinhard respondió. “Porque estamos en una posición de ventaja táctica arrolladora sobre nuestro enemigo”

“¿Qué quiere decir?” El templor de las cejas de Staden era perceptible. Los almirantes miraron fijamente al joven comandante- Merkatz atónico, y Fogel y Erlach en un completo shock.

Solo Fahrenheit- el mas joven de los cinco- tenía una mirada de interes brillando en sus ojos de color aguamarina. Nacido en la baja aristocracia, Fahrenheit expresaba abiertamente que se había convertido en soldado para poder comer. Tenía una sólida reputacion como un planificador de gran movilidad, capaz de ataques a gran velocidad, aunque se decía que le faltaba tenacidad a la hora de interceptar ataques.

“Parece que tiene una opinión que es dificil de entender para lerdos como nosotros. Estaríamos agradecidos si pudiera explicarse en mas detalle”

La voz del vicealmirante Staden chirrió en los oídos de Reinhard. Te arrancaré esa irritante lengua tuya el dia después de mañana, pensó Reinhard. Pero respondió igualmente a su petición: “Dije que tenemos la ventaja por dos razones. Primero, las fuerzas enemigas estan divididas en torno a estos tres vectores, mientras que nuestras fuerzas estan concentradas. Mientras que el enemigo tiene la ventaja en términos numéricos, tenemos la ventaja sobre cualquiera de esas tres divisiones del enemigo.”

Los almirantes escucharon sin decir nada.

“En segundo lugar, cuando se trata de movernos de un campo de batalla al siguiente, nuestra fuerza- localizada en el centro- puede tomar una ruta más corta que cualquiera de ellas. Para que ellos se muevan sin luchar con nosotros, tendrían que tomar un gran rodeo. De esa manera, tiempo y distancia son nuestros aliados”

El silencio de los almirantes se prolongó.
“En otras palabras, superamos al enemigo en mobilidad y concentracion de potencia de fuego. Si estas no son condiciones para la victoria,¿ como las llamarian?”

Reinhard terminó de hablar con un tono de voz agudo y cortante. Kircheis pensó por un momento que los cinco almirantes se habían congelado allí mismo. Reinhard había cambiado el pensamiento de esos viejos y más experimentados militares dentro de su cabeza.

Reinhard subyugó al sorprender , a un inmovil Vicealmirante Staden con una mirada irónica, presionando su ventaja.




“No estamos en peligro de ser envueltos. Tenemos una buena oportunidad de destruir al enemigo en cada vector. Me dicen que no aprovechemos dicha oportunidad al máximo y que realizamos una retirada sin sentido, pero hacerlo no solo sería meramente pasivo, sino criminal. ¿Por qué? Porque nuestra mision es prestar batalla con las fuerzas reveldes y destruirlas. “Una retirada honorable” dijo usted. Pero ¿dónde está el honor si fracasamos en completar la misión que su majestad imperial nos ha encomendado?¿No se asemeja a eso la justificacion de un cobarde, señor?”

Ante la mención de su majestad imperial, una ola de tensión corrió a través de los cuerpos de cuatro de los almirantes, excluyendo Fahrenheit. Reinhard pensó que todo eso era absurdo.

“Como usted diga, Comandante” Comenzó Staden, tratando de suplicarle. “Pero aunque su excelencia pueda llamarlo “buena oportunidad”, usted es el único que lo cree así. Incluso desde el punto de vista de las meras tácticas del sentido común. Es imposible de aceptar. Por una estrategia que no ha sido previamente probada...”

Este no solo es incompetente, es un imbécil, concluyó Reinhard. Una operación sin precedentes no puede aparecer en los registros. Su registro comenzará con la inminente batalla ¿no? Hablando en voz alta, “Entonces señor, mañana verificará la prueba y el registro con sus propios ojos. ¿Es eso aceptable?”

“¿Está seguro del éxito?- Inquirió Staden.

“Lo estoy. Pero solo si siguen mi estratega por completo”

“¿Qué clase de estrategia?" Pregunto Staden, sin hacer esfuerzos para ocultar sus sospechas.

Reinhard dirigió una mirada a Kircheis por un momento y entonces comenzó a explicar la operación. Dos minutos después, el interior del campo insonorizado estaba lleno con el sonido de los gritos de Staden.

“Eso suena bien sobre el papel, pero no hay forma de que funcione, Excelencia. Esta clase de...”

“¡Suficiente!No necesitamos mayor debate. Su majestad imperial me nombro comandante de esta operacion. Su obediencia a mis ordenes debe ser interpretada como una prueba de su lealtad a su makestad ¿No es ese el deber de un soldado imperial? No lo olvide, soy su oficial al mando.·

Hubo un momento de silencio.

“Toda autoridad sobre vuestras vidas recae en mis manos. Si deseais por vuestro propio acuerdo desafiar la voluntad de su majestad, muy bien. Simplemente usaré la autoridad que su majestad me ha conferido para retiraros del deber y castigaros severamente por insubordinación. ¿Están preparado para llegar a tales extremos?

Reinhard lanzó una mirada a los cinco hombres de pie frente a él. No respondieron.

II
Los cinco almirantes partieron. Ellos ni aceptaban ni consentían, pero encontraban dificil oponerse a la autoridad del emperador. Solo la expresion de Fahrenheir podría ser interpretada como favorable hacia el plan de reinhard en la próxima batalla, pero las expresiones de los otros cuatro iban en diferentes grados diciendo : “¿Como se atreve ese mocoso a blandir la autoridad del emperador?”

Para Kircheis, se formaban circunstancias en las que era un poco dificil permanecer en silencio. Incluso sin todo eso, Reinhard tenía mala reputacion como un joven advenedizo. Desde el punto de vista de esos comandantes veteranos, Reihard no era nada más que un diminuto asteroide que no emitía ninguna luz propia, y que usaba la influencia de su hermana Annerose para conseguir su poder del Kaiser.

Sin embargo, no es como si esta fuera la primera campaña de Reinhard. En los cinco años que habían pasado desde su enlistamiento, el había emergido como victorioso de un gran número de batallas. Pero si alguien fuera a decir eso a los comandantes, ellos solo dirían algo como “estaba en una buena unidad” o “el enemigo era demasiado débil”

Y porque era dificil de decir que Reinhard fuera humilde y cortes en todos los asuntos, su antipatía hacia él solo se había hecho mayor, y ahora en las sombras el era ampliamente conocido como “ese insolente niñato rubio”

“¿Está seguro sobre esto?” Le preguntó el joven oficial pelirrojo a Reinhard con unos ojos azules en los que había una nota de inquietud.

“Déjame tranquilo”- Respondió calmadamente su oficial al mando. “¿Qué pueden hacer ellos? Son cobardes que no pueden siquiera hacer un comentario desagradable de forma individual- tienen que venir en grupo. No tienen el valor de desafiar la autoridad del emperador”.

“Pero el poco coraje que tengan podría reunirse en las sombras”.

Reinhard miro a su ayudante de campo y emitió una suave carcajada divertida. “Sigues siendo igual de aprensivo. Pero no hay nada de lo que preocuparte. Incluso si estan llenos de preocupaciones ahora, la situación cambiara en un solo día. Y mostraré a ese idiota de Staden una copia enmarcada de ese ‘registro’ que le gusta tanto”

Tras decir que había tenido suficiente de esa charla, Reinhard se levantó de la silla e invitó a Kircheis a ir a su cabina para tomarse un descanso. “ Tengamos un trago, Kircheis. Tengo algo de buen vino. Se supone que es uno raro añejo del 410”

“Suena maravilloso”

“Bien, entonces vayamos. Y por cierto, Kircheis —“

“¿Si, excelencia?”

“Esa cosa de “excelencia”. No hay necesidad de ir llamandome eso cuando no hay nadie más con nosotros. Hablame como siempre”

“Entiendo lo que dice, pero—“

“Si lo entiendes, solo hazlo. Porque cuando la batalla acabe y volvamos a Odín, la gente te llamará ‘Excelencia” a tí tambien”

Kircheis no dijo nada.

“Serás promovido a comodoro. Esperalo con ganas”

Dejándo el puente al Capitán Reuschner, Reinhard marchó a su hbitación privada. Siguiendole tras él, Kircheis reflexionaba sobre lo que su oficial al mando le había estado diciendo.

Cuando la batalla acabe y volvamos, seras promovido a comodoro… Parecía que la derrota no estaba para nada en la mente de aquel joven almirante rubio. Para cualquiera salvo para Kircheis, esas palabras probablemente serían tomadas por una arrogancia inutil. Pero Kircheis sabía que Reinhard solo había estado hablando movido por el puro afecto a un querido amigo.

Un pensamiento se cruzó por la mente de Kircheis: ¿ya han pasado diez años desde que nos conocimos por primera vez? Al conocer a Reinhard y a su hermana Annerose, su destino había cambiado para siempre.

El padre de Siegfried Kircheis era un oficial menor que trabajaba en el ministerio de justicia, hostigado por un ajetreo diarío de jefes, papeleos y ordenadores para ganar solamente 40,000 marcos imperiales al año. Era un hombre amable y ordinario cuyos unicos dos placeres eran criar alguna especie de orquídeas Baldurianas en su estrecho jardin y beber cerveza negra despues de cenar. Mientras que su pequeño hijo pelirrojo habia conseguido de alguna forma aparecer en el borde inferior del cuadro de honor de la escuela, era bueno en los deportes y era el orgullo y alegría de sus padres.

Un día, un hombre y sus dos hijos se mudaron a la casa de al lado, que había estado prácticamente abandonada.

El joven Kircheis se había sorprendido cuando escucho que aquel hombre de mediana edad sin espíritu era un aristócrata, pero cuando vio a aquella pareja de hermanos de cabellos rubios, lo creyó. Son tan hermosos, había pensado entonces.

Al día siguiente conoció al hermano menor. El chico, llamado Reinhard era de la misma edad de Kircheis, nacido solo dos meses mas tarde de acuerdo al calendario estandar de la era espacial. Cuando el niño pelirrojo le dijo su nombre, las bien formadas cejas del niño rubio se levantaron.

“¿Siegfried? Que nombre más vulgar”

Ante una respuesta tan inesperada el chico pelirrojo solo podía conmocionarse sin saber como responder. Pero Reinhard había continuado, añadiendo: “Pero Kircheis es un buen apellido. Muy poético. Así que he decidido que te llamaré por su apellido”

Por otra parte, su hermana mayor Annerose había abreviado su nombre, llamándole “Sieg”. Las carácteristicas de su cara guardaban una fuerte semejanza con los de su hermano pequeño, pero eran un paso mas delicados, y su sonrisa delicada era infinitamente gentil. Cuando Reinhard se lo presentó, la sonrisa de ella había sido como la luz del sol moteada que fluía a traves de los árboles.

“Sieg, por favor, sé un buen amigo para mi hermano”

Desde ese día hasta entonces, Kircheis había obedecido esa peticion con lealtad.

Mucho había pasado desde entonces. Un día, un lujoso coche que Kircheis nunca antes había visto paró junto a la casa de sus vecidos y un hombre de mediana edad que vestía con bellos ropajes salió de él.

Durante toda la noche la lagrimosa voz de un indomable Reinhard había arremetido incesantemente contra su padre.

“¡Has vendido a mi hermana!” Le gritó

A la mañana siguiente, cuando Kircheis se pasó por allí con el pretexto de pedirle a Reinhard que caminara a la escuela con el, Annerose le había dicho con una triste aunque amable sonrisa, “mi hermano no puede ir más a la escuela contigo. Sé que ha sido por poco tiempo, pero gracias por ser su amigo”

Entonces la hermosa joven le había besado en la frente y le había dado un torta de chocolate casera. Ese día el chico pelirrojo no había ido al colegio. En su lugar, había llevado la torta cuidadosamente a una reserva natural y con cuidado de no ser visto por ningún robot de patrulla, se había sentado en la sombra de algunas conniferas- Pinos marcianos, se llamaban, por razones que nadie sabía- y allí había permanecido durante largo tiempo mientras comía la torta. Mientras contemplaba separarse de Annerose y Reinhard, las lágrimas se acumularon en sus ojos y se las limpió con las manos, dejando a lo largo de su cara manchurrones de un marrón oscuro.

Al oscurecer, volvió a casa, preparándose para una regañina. Pero sus padres no le dijeron nada. Las luces de la casa de los vecinos estaban apagadas.

Un mes mas tarde, Reinhard vino de visita sin avisar, llevando el uniforme de la academia militar imperial para infantes. El muchacho rubio había hablado al conmocionado y emocionado Kircheis con el apesadumbrado tono de un adulto.

“Voy a ser un soldado” Le había dicho. “Es la manera más rápida de progresar. Y tengo que progresar en el mundo para poder liberar a Annerose. Kircheis, ven a la misma escuela que yo ¿de acuerdo? Solo hay patanes en la academia.

Sus padres no se opusieron a la idea. Quizás ellos habían estado esperando que su hijo fuera capaz de progresar en el mundo de esa forma, o quizás se hubieran dado cuenta que su hijo había sido seducido por aquella pareja de hermanos. De cualquier manera, Kircheis decidió entonces que tomaría el mismo camino que Reinhard.

La mayoría de los estudiantes de la academia eran hijos de aristocratas, y el resto eran hijos de oficiales eminentes. Estaba claro que Kircheis había sido admitido unidamente debido al fervoroso deseo de Reinhard y a la intervencion de Annerose.

Las notas de Reinhard normalmente le ponían en lo alto de la clase y Kircheis también lo estaba. No solo por su propio bien, sino por el de Reinhard y Annerose, no podría permitir que sus notas bajaran. De vez en cuando los padres y hermanos mayores de los estudiantes venían de visita. Todos ellos aristócratas de alto estatus, pero Kircheis no sentía respeto por ellos. Podría oler el hedor de hombres que se habían vuelto arrogantes tras revolcarse en sus propios privilegios.

“Miralos, Kircheis” Le susurraba Reinhard. Cuando veía a esos nobles su voz de llenaba con un intenso odio y desprecio. “No han llegado a estar donde estan hoy a traves de ningún esfuerzo propio… sino que han heredado su autoridad y fortuna de sus padres por su sangre, y no estan avergonzados por ello. El universo no existe para ser dominado por gente así”

“Reinhard...”Comenzaría Kircheis

“¡Es cierto, Kircheis! No hay ni una pizca de razon por la que debamos estar a favor de esos tipejos”

“Esa clase de conversacion había tenido lugar entre ellos no pocas veces, pero en una occasion, Reinhard dijo algo que le dio a su amigo pelirrojo el sobresalto de su vida.

Ellos justo habían hecho un saludo costés- un saludo que era deber sacrado de todos los súbditos imperiales- ante una de las estatuas del Kaiser Rudolg que se elevaban con altivez sobre cada barrio de la capital. Nadie se atrevía a no actuar de otra manera, puesto que los ojos de las estatuas eran complejas camaras de vídeo y el ministerio de interior siempre estaba vigilante por elementos peligrosos que pudieran burlarse de la autoridad imperial. Justo tras ese saludo Reinhard comenzó a hablar apasionadamente.

“Kircheis, ¿lo has pensado alguna vez? La dinastía Goldembaum no se remonta hasta el amanecer de la humanidad. Fue fundada por ese arrogante y despótico Rudolf. Y el hecho de que hubiera un fundador indica que antes de que si hiciera con el poder, no había familia imperial y que él no era nada más que un único ciudadano solitario. Al comienzo, Rudolf era un advenedizo ambicioso y nada más. Pero con el tiempo terminó por reclamar titulos tales como los de “sagrado Kaiser inviolable’ “

¿Que esta intentando decirme? Se preguntaba Kircheis mientras su corazón empezaba a latir mas deprisa.

“¿Crees que lo que fue posible para Rudolf, es imposible para mi?” Le preguntó Reinhard

Entonces, con pensamientos que le arrebataron el aliento, Kircheis le devolvió la mirada a los Ojos azules de Reinhard, que se asemejaban a joyas. Era invierno, justo antes de que entraran en el servicio militar.


III
...desde el siglo veinte y através de las tribulaciones del siglo 21, uno puede encontrar muchos ejemplos de ese rampante desarrollo tecnológico que amenazó con robarle a la humanidad su identidad. En particular la capacidad de replicar seres humanos a traves de la clonacion- fruto de la ingenieria genetica- fue una vez erroneamente creido como una garantia de vida eterna pese al hecho de que solo se habían demostrado sus posibilidades teoricamente. Cuando la clonacion se unió a idead como el darwinismo social, terribles ideologias que otorgaban un escaso valor a la vida humana bulleron por la superficie del planeta conocido como Tierra. La opinion de que aquellos que portaban genes inferiores no estaban cualificados para tener descendencia, y de que las razas inferiores debían ser purgadas para la mejora cualitativa de la raza humana comenzo a tener una influencia creciente. Era el primer brote de las afirmaciones que Rudolf von Goldenbaum haría en tiempos posteriores...

El trozo de texto que aparecía en la diminuta pantalla de la consola de pronto se hizo mas tenue y se desvanecio. Más rápido de lo que uno pudiera pulsar el botón de control, otro texto apareció:

“Commodoro Yang, el comandante le llama. Por favor, reportese al conn tán rápido como le sea posible”

Con su lectura interrumpida, el comodoro Yang Wen-li agarró la boina de su uniforme y pasó una mano a través de su rebelde cabello negro. Era un oficial subalterno de la segunda flota de la alianza de planetas libres, ocupando un asiento en una esquina del puente de la nave insignia; el Patroklos. Ya que había estado disfrutando de una lectura privada en una consola originalmente intencionada como un ordenador táctico, no tenía sentido sentirse molesto. 


La notación del nombre de Yang era “E”. Era una tradicion que venía de los días de la federación. La gente cuyos apellidos se escribian antes del nombre , eran “E”, que significaba “del este”, mientras que aquellos cuyos nombres venían antes que sus apellidos eran llamados “O” , que significaba “del oeste”.

Por supuesto en esa dia y era, despues de que las razas se hubieran mezclado tanto como lo habían hecho, el nombre de una persona era un vago indicador de su ascendencia directa.

El joven de 29 años, con su cabello negro, ojos negros, altura y complexión media, daba más la impresion de un estudioso despreocupado que la de un soldado. Al menos esa era la impresion que uno podría describir si le presionaran al respecto. La mayoría de las personas que le miraban, veían poco más que un hombre tranquilo. La mayoría de la gente era incapaz de creer su rango cuando lo oían

“Comodoro Yang, reportandose como ordenó, señor”

El comandante de la flota, el vicealmirante Paetta giro sus ojos poco amistosos sobre el joven oficial que estaba saludandole. Era un hombre de mediana edad, cuyas caracteristicas severas hacían imposible imaginarle en otra clase de trabajo que no fuera la vida militar”

Observando a Yang de nuevo, simplemente dijo “he estado ojeando el plan táctico que envió” , aunque lo que quería decir era ¿Como demonios en el mundo puede un niño afeminado como este estar simplemente dos rangos por debajo de mi?

“Es una idea muy interesante”- continuo “pero muy cauta. Y me pregunto si no es quizás demasiado pasiva”

“No me diga”- respondio Yang. Lo dijo en un tono de voz muy calmado, pero con un poco de reflexion podría haber parecido una cosa muy desconsiderada que decirle a un oficial al mando. Aunque el Vicealmirante Paeta no se había dado cuenta.

“Como ustéd mismo ha anotado” continuo “sería muy difícil perder con esta estrategia. Pero no hay sentido si simplemente no perdemos. Debemos ganar. Nos acercamos al enemigo desde tres direcciones y ademas de eso duplicamos sus numeros. Todas las condiciones se han alineado para una gran victoria, así que ¿ por que se concentra en maneras de evitar la derrota?”

“Bueno, si, pero no es como si ellos ya estuvieran rodeados”

Esta vez Paeta se dio cuenta. Sus cejas se levantaron a la vez, en signo de irritacion, haciendo que se formara un espléndido pliegue vertical en mitad de su frente.

Yang estaba tan relajado como siempre.

Nueve años antes, al graduarse de la Academia de oficiales de la fuerza de defensa nacional, Yang había sido un nada destacable alferez de nuevo cuño. Se había graduado en el puesto 1909 de una clase de 4840. Pero ahora ciertamente no podría ser llamado como un comodoro no destacable. El era uno de los dieciseis oficiales de toda la alianza que habían alcanzado el almirantazgo antes de los treinta.

Era imposible que el vicealmirante Paeta no estuviera al corriente de la hoja de servicios del joven comodoro. En nueve años, Yang había participado en mas de un centenar de operaciones de combate. Y a pesar de que no había estado a menudo en batallas a larga escala que involucraran a miles de naves como esta, no había sido tampoco un niño jugando con petardos. Por encima de todo eso, habia sido el brillante heroe de la evacuación de El Fácil. Pese a su juventud era el héroe de una batalla histórica, y aun así el vicealmirante paeta no tenía para nada esa impresion de el. Aún así, cuando los salarios de los oficiales eran calculados por los servicios de retarguardia en los cuarteles generales, era claro que estaba siendo bien pagado de acorde a su registro.

“En cualquier caso este plan táctico es rechazado”
Paeta le devolvió los papeles a Yang y añadió innecesariamente “Déjeme añadir que no es nada personal”


IV
El padre de Yan Wen-li, Yang Tai-ling, era conocido como un hombre de gran capacidad entre los muchos comerciantes y mercaderes de la alianza de planetas libres. Debajo de su sonrisilla inofensiva, los engranajes de una mente afilada para los negocios giraban, y desde el día en que se había establecido como dueño de una pequeña nave comercial, su fortuna había crecido constantemente.

"Es porque adoro mi dinero", decía a los amigos que le preguntaban el secreto de su éxito. “Sale al mundo y hace su fortuna, y luego regresa a casa como un niño fiel. Las monedas de bronce se convierten en plata. Las de plata se convierten en oro. ¡Todo depende de su educación!

Como él mismo parecía pensar que se trataba de una broma ingeniosa,aprovechaba para contarla cada vez que tenía la oportunidad, y finalmente adquirió el apodo de "experto en crianza financiera". Sería difícil afirmar que este título siempre se habló con intencionado afecto, pero el mismo Yang Tai-Long parecía bastante contento con él.

Además, Yang Tai-Long era un coleccionista de arte antiguo. Su residencia estaba a rebosar de pinturas, esculturas y cerámicas de los días anteriores a la era estelar. Cuando no ocupaba una oficina y comandaba una flota de naves comerciales interestelares, el siempre estaba ocupado en casa admirando y abrillantando sus antiguedades.

Después de que su hobby hubiera metastatizado, hubieron rumores de que incluso había escogido una antigüedad como esposa. Tras divorciarse de su primera mujer- que había tenido una inclinación por derrochar dinero- se había casado con otra mujer de considerable belleza, que era la viuda de un soldado. Entonces fue cuando nació su hijo Yang.

Yang Tai-long estaba en su estudio, en casa cuando recibió la noticia de que era un chico. Sus manos pararon un momento de abrillantar un vaso antiguo y murmuró: “Huh, entonces cuando ya no esté aquí, todas estas obras de arte seran suyas”

Y sus manos continuaron con la labor de limpieza.

Cuando Yang Wen-li tenia cinco años, su madre murió. La causa era una enfermedad cardíaca aguda, y desde que ella siempre había sido muy sana hasta ese punto, su muerte súbita comprensiblemente vino como un shock para Yang Tai-long. Dejó caer un adorno de león de bronce al suelo, pero inesperadamente lo levantó y encolerizó a toda la familia de su esposa al pronunciar estas palabras:

“Gracias a dios que no estaba limpiando nada que pudiera romperse...”

Yang Tai-long había perdido dos esposas – una por divorcio y otra por fallecimiento- y no tenía deseos de casarse otra vez. Asignó una doncella para que cuidara de su hijo, pero cuando la doncella estaba de descenso o cuando el chico era difícil de manejar, Yang Tai-long le sentaría junto a él y se pondrían a limpiar un vaso juntos.

Cuando los parientes de su difunta esposa venían de visita y encontraban a padre e hijo lavando vasos juntos, se horrorizaban y al final surgió la afirmación de que el niño debería ser rescatado de vivir con un padre tan irresponsable. Cuando arrinconaron al padre y le preguntaron que era más importante para él-Su hijo o sus antigüedades- el había respondido:

“Bueno, el arte requirió un gran desembolso de calidad, sabe...”
Pero por la otra parte, conseguí a mi hijo gratis. Esa era la implicacion.

La familia entera, enfurecida por estas palabras, se estaba preparando para llevar el asunto de la custodia del niño a los tribunales, pero Yang Tai adivinó lo que estaban haciendo, y se llevó al niño con él, y tras abordar una nave comercial interestelar desaparecieron de Heinessen. La familia, tras darse cuenta de lo absurdo que sería alegar ante un tribunal que un padre había secuestrado a su propio hijo, se encogió de hombros y no hizo nada más alla de rastrear donde había ido la nave. “Oh...bueno” dijeron- “El hecho de que se haya llevado al niño con él debe significar que al menos tiene un corazón que le late en el pecho”

De esa forma, Yang Wen-li paso la mayor parte de sus primeros dieciseis años de vida dentro de las entrañas de una nave estelar. Al principio, el joven Yang enfermaba y tenía fiebres cada vez que experimentaba un salto warp, pero con el tiempo se fue acostumbrando y fue capaz de aceptar con serenidad sus circunstancias. Una vez que satisfizo su interés en la ingeniería, volvió su atencion a otra dirección: la Historia.

El chico veía vídeos, leía copias electrónicas de libros antiguos y le encantaba escuchar acerca de las reminiscencias del pasado, pero en particular tenia un profundo interes en el más perverso usurpador de toda la historia: Rudolf.

Como Yang Wen-li estaba en la Alianza de planetas libres, Naturalmente Rudolf era convertido en la mismísima encarnación del mal. Pero al escuchar lo que la gente decía sobre él, el chico había empezado a tener dudas. Si Rudolf hubiera realmente sido un villano así, se preguntó, entonces ¿por que la gente le había apoyado y le había dado poder?

“Porque era deshonesto hasta el tuétano” Engañó a la gente.

“¿Por qué la gente fue engañada?”

“Porque Rudolf era un mal hombre, ¿ves?”

Estas respuestas no satisfacían al muchacho para nada, pero la visión de su padre era diferente a la de otros con los que hablaba. El respondía a las preguntas de su hijo de esta manera:

“Porque la gente quería el camino sencillo, lo más fácil”

“¿Lo fácil?”

“Exactamente. No querían arreglar sus problemas con su propio esfuerzo. Esperaban a que apareciera de algún un santo o un superhombre para que cargase con todos sus problemas. Y esa es aquello de lo que Rudolf se aprovechó. Escucha. Quiero que recuerdes esto: Son aquellos que empoderan a un dictador aquellos que tienen la mayor parte de la culpa. Pero aquellos que no le apoyaron directamente- que simplemente lo ven todo pasar sin decir nada- tambien son igualmente culpables. Pero escucha, ¿No te parece que deberías cambiar tus intereses a una clase de cosa más ….rentable?”

“¿Mas rentable?”

“Si, como el dinero o el arte. Arte para el alma, dinero para los bolsillos”

A pesar de comentarios tales como esos, Yang tai-long nunca trató de imponer su negocio o sus hobbies a su hijo, así que este se vio cada vez mas absorbido por la historia.

Unos pocos días antes del decimosexto cumpleaños de su hijo, Yang tai-long murió como resultado de un accidente en el reactor de fusión nuclear de su nave. Yang wen-li había decidido tomar el examen de acceso para el departamento de historia de la universidad memorial de Heinessen, tras haber recibido la aprobación de su padre.

“¿Y por qué no?” Le había dicho “no es como si nadie hubiera hecho dinero con la historia”

Con esas palabras el padre le había dado al hijo su bendicion para que caminase por el camino que amaba.

“Pero nunca desprecies al dinero, sin embargo. Si lo tienes, puedes apañartelas sin tener que agachar tu cabeza ante gente que no te gusta, y no tienes que comprometer tus principios solo para salir adelante en la vida. Pero como los políticos, es mejor si lo manejamos bien y no hacemos únicamente lo que nos parezca con él”

Al final de su vida de 48 años, Yang Tai-Long le había dejado a su hijo su empresa y su gran coleccion de obras de arte.

Tras lidiar con el funeral, estuvo muy ocupado con asuntos mundanos como herencias e impuestos. Y entonces descubrió una verdad terrible: las obras que su padre había estado coleccionando tan apasionadamente antes de su muerte, eran casi sin ninguna excepcion ; falsificaciones.

De los vasos etruscos a los retratos de estilo rococo a los caballos de bronce de la dinastía Han, todo valía menos que un simple dinar, como le dijo el tasador público del gobierno mediante un subordinado inexpresivo.

Y eso no era todo. Antes de su muerte, su padre había hipotecado la propiedad de la compañía para cubrir sus deudas. Al final , Yang estaba solo y desamparado con nada mas que una montaña de basura.

Pero como había hecho cuando era un niño, Yang aceptó la situación con una sonrisa irónica, mezclada con un suspiro. Pensaba que era bastante extraño que a su padre embaucador le faltara un ojo para el valor solo cuando se trataba de sus amadas obras de arte. Si, solo si, hubiera estado recolectando falsificaciones a sabiendas, Yang sintió que eso habría sido típico de su padre. En cuanto a la compañía, Yang nunca había tenido el deseo de hacerse cargo del negocio , por lo que no le importaba demasiado perderla.

En cualquier caso, había un problema incluso mayor. No le quedaba a la mano suficiente dinero para permitirse el coste de ir a la universidad de élite a la que se suponía que iba a ir pronto. Debido al estado crónico de guerra con el imperio galactico, Las asignaciones militares enormemente costosas estaban presionando el presupuesto nacional, y los fondos para la educación en humanidades, que no tenían aplicaciones militares directas, seguían reduciéndose. Era difícil obtener una beca. Parecía que no hubiera ninguna institución donde uno pudiera estudiar historia gratis….y aun así la había. Y esa era la Academia de oficiales de la fuerza de defensa nacional y su departamento de historia militar.

Justo antes de la fecha límite, Yang envió su formulario de registro y pese a que los resultados de su examen de entrada no le colocaban precisamente a la cabeza de la clase, de alguna manera había aprobado.

V

 De esta manera, Yang Wen-li ingresó a la escuela de oficiales por completo de forma muy oportuna. A pesar de que tanto para el patriotismo como para el militarismo beligerante para él le resultaban extraños , su rumbo había sido establecido. Tiro casi toda la montaña de basura que había heredado de su padre -aunque sí guardó algunas cosas- y se mudó al dormitorio de la escuela del oficial, literalmente, con las manos vacías. Siendo sus motivos lo que eran, no había forma de que Yang fuera un estudiante de alto nivel. Estudió diligentemente su historia militar, y toda la amplia gama de historia no militar que componían los antecedentes, pero escatimó lo más posible en los otros temas Particularmente en las áreas de entrenamiento con armas, clases de vuelo e ingeniería mecánica, los temas aburridos, estaba perfectamente feliz de obtener calificaciones que bastaban para salvarle del mero fracaso. Sin embargo, si fallaba, existía el peligro de ser expulsado, e incluso si no fuera expulsado, las pruebas de recuperación tomarían un tiempo precioso. El punto es que mientras no suspendiera, estaba bien. Su objetivo no era ser el director de la sede operativa conjunta, el secretario de la armada espacial o el superintendente general del personal. Quería ser investigador en la Oficina de recopilación de Historia Militar. Prácticamente no tenía ningún interés en avanzar como soldado.

Sus notas en historia militar eran sobresalientes y combinadas con sus mediocres notas en las asignaturas practicas, producían un total que era la misma imagen de “normal”. Sin embargo, las notas de Yang en Simulaciones tacticas y estratégicas no eran malas para nada. Las notas en esta clase eran determinadas al enfrentar a los estudiantes en simulaciones virtuales. Los instructores se sorprendieron un dia cuando el primer estudiante de la clase, un chico llamado Wideborn, que era conocido como el estudiante más brillante que se había conocido en la ultima decada de la academia….había sido derrotado por Yang wen-li.

Yang concentró sus fuerzas en un punto, cortó las lineas de suministro de su oponente y optó por una postura poramente defensiva. Wideborn, usando una gran variedad de tacticas penetró bastante dentro de las líneas de Yang, pero cuando se quedó sin suministros no le quedó más opción que retirarse. Tanto el juicio del ordenador como la puntuación del instructor le dieron la victoria a Yang.

Wideborn, cuyo orgullo había sido herido; estaba furioso. “Habría ganado si hubiera jugado limpio y me hubiera atacado de frente. Quiero decir, todo lo que hizo fue moverse adelante y atrás para escaparse ¿no?”

Yang no discutió. Para él, la clase compensaba sus bajas notas en ingeniería mecánica, y con eso estaba completamente satisfecho.

Pero esa satisfacción, sin embargo, iba a durar poco tiempo.

Al final de su segundo año, Yang fue convocado por un instructor y fue ordenado cambiar especializacion a estrategia militar.

“No solo eres tú” le había dicho el instructor para tratar de consolarle “ lo estan haciendo con todo el departamento de historia militar, así que cada estudiante asignado allí debe cambiar de especialización. Venciste a ese Wideborn en las simulaciones. Eso es un logro. Deberías cambiar de departamento de todas formas, para poder aprovechar tu talento”

“Vine a esta escuela porque quería estudiar historia militar” objetó Yang “no creo que sea justo reclutar estudiantes y desmantelar su departamento antes de que se gradúen”

“Cadete Yang, puede no estar todavía en servicio activo, pero desde el momento en que entró en esta institución , se convirtió en un soldado. Así es como se trata a los suboficiales. Y como soldado, debe seguir sus ordenes”

Yang no dijo nada

“Pero escucha, no hay forma en que esto sea un mal trato para ti. Estrategia militar es un departamento lleno de estudiantes de alto nivel. Estudiantes que intentan entrar, pero no irse después a otro departamento. Es la realidad aquí, de hecho, es muy raro que alguien sea trasladado allí”

“Estoy honrado, señor….pero ¿le parezco un estudiante de alto nivel?”

“Cuidado con ese sarcasmo. De todas formas, si no te gusta tienes el derecho de marcharte, claro. Pero si hicieras eso, tendrías que devolver todos los gastos que se han acumulado hasta ahora, matriculas, y cuotas escolares. Solo los soldados estudian gratis.”

Yang estaba estupefacto. No podía evitar recordar las palabras de su difunto padre acerca del dinero. Verdaderamente, con gente siendo gente, no se podía ser libre en esta vida.

A la edad de 20, Yang se graduó en el departamento de estrategia militar con notas mediocres y recibió su comisión como Alferez. Un año mas tarde sería promovido a subteniente, pero eso era normal para los graduados de la academia de oficiales, no quería decir que su hoja de servicios fuera particularmente destacable. Habia sido asignado a una oficina de los cuarteles gnerales de operaciones conjuntas, conocida como oficina de registros y estadisticas. Nadie se distinguia en combate alli. Pero para Yang era muy agradable tener un trabajo que implicara estar rodeado de viejos registros.

Sin embargo y de forma simultanea con su promoción a subteniente, Yang recibió ordenes para cumplir con su deber en primera linea. Partió a su nuevo puesto como oficial en las fuerzas estacionadas en el territorio de El facil.

“Cuando una cosa se vuelve loca, todo se vuelve loco”- se quejo el joven teniente.

Pese a que nunca había buscado activamente convertirse en soldado, alli estaba el, llevando una boina negra con una estrella de cinco puntas de color blanco , una bufanda de color blanco marfil plegada dentro de su cazadora negra: un uniforme militar extremadamente funcional.

Ese año, el 788 de la era estelar, La batalla de El facil acelero enormemente el rumbo de la vida del subteniente Yang wen li. El telón se alzó en esa batalla con una escena de traicionera desgracia para la marina espacial de la Alianza. Para la batalla, ambos bandos habían despachado en las cercanias un millar de naves, y tras tomar un 20% de bajas, se habían retirado temporalmente. Yang no hizo nada durante la lucha, todo lo que hizo fue sentarse en su silla estática del puente de la nave insignia y observar como transcurría la batalla. Ni siquiera le preguntaron su opinion.

Sin embargo, mientras las naves de la alianza volvían a la base, fueron atacadas por la retarguardia. La flota imperial, mientras pretendía regresar a su base, había llevado a cabo un rápido cambio de rumbo para cargar contra la flota de la alianza, que había relajado y guardia y les había estado mostrado su flanco.

Brillantes lanzas de energía rasgaban la negrura del espacio y novas en miniatura resplandecían y se desvanecían en un instante. La energía desencadenada por la destruccion de varias naves se convirtio en un remolino, empujando a varias naves de acá para alla. El contraalmirante Lynch, comandante de la flota de la alianza- debió estar en estado de pánico. Sin tratar calmar la confusión de sus aliados, su nave insignia voló de vuelta a El Facil a toda velocidad.

Tras conocer que su comandante había huido, la flota aliada perdio su voluntad de lucha, y las naves que habían estado librando batallas aisladas con los enemigos a su alcance comenzaron a despegarse y salir corriendo del campo de batalla, una tras otra.

Algunos de ellos eligieron rutas de retirada independientes y huyeron totalmente del sistema El Facil, mientras que otros siguieron a su nave insignia y escaparon a El facil. Las naves que tardaron en retirarse enfrentaron uno de dos destinos: aniquilacion o rendicion. Casi todos escogieron lo segundo.

Aquellas fuerzas supervivientes que habían huído a El Facil, todavía se contaban por 200 naves y 50000 soldados, pero la flota imperial se adquirió refuerzos , construyendo una fuerza que sumaba hasta tres veces ese numero, planeando saltar ante la oportunidad de liberar ese territorio de las garras de las fuerzas rebeldes de un solo barrido. La población civil del planeta, de tres millones, estaba acobardada en medio de esa tensa situacion. Ya era demasiado tarde para parar la caída de El Facil.

Los civiles fueron a negociar con los militares buscando la creacion e implementacion de un plan de evacuacion planetaria. El oficial al cargo que aparecio ante ellos fue el subteniente Yang Wen-li. El era demasiado joven y su rango era demasiado bajo. ¿Les tomaban los militares en serio? Los civiles tenían sus dudas, pero Yang hizo un buen trabajo con todo lo que se suponía que debía hacer, pese a que seguía rascándose la cabeza de una forma que inspiraba de todo menos confianza. Entre el caos de la inminente invasion imperial adquirió naves civiles y militares y realizó los preparativos para la evacuacion. Incluso si Yang no hubiera estado allí, cualquier oficial competente podría haber hecho esto. Aparentemente Yang calmo a los ansiosos civiles mientras esperaba la ocasion de partir.

Al día siguiente llegó un mensaje urgente que sorprendió a todos. El contraalmirante Lynch estaba huyendo de El Facil con sus subordinados directos y los suministros militares. Había abandonado a subordinados y civiles en el camino.

En ese momento Yang dio instrucciones de evacuar a los aterrador civiles, en direccion opuesta al rumbo de Lynch.

“No hay necesidad de preocuparse” les dijo “ el contraalmirante esta desviando la atencion de la flota de nosotros. Podemos huir si únicamente usamos el viento solar de forma relajada y evitamos el uso del radar y cosas así”

Con esa decisión distraída, el joven subteniente convirtio a su comandante de flota en una distracción. Y su predicción fue acertada. El contraalmirante y los otros fueron detectados por la flota imperial, que había estado afilando sus garras en anticipacion de una jugada como esa. Tras estas corriendo de acá para allá como animales cazados, las naves de la alianza alzaron una bandera blanca y fueron hechas cautivas.

Mientras tanto el convoy de naves liderado por Yang dejó el sistema El Facil y fueron en línea recta para un territorio de retaguardia. Fueron detectados por el Imperio, pero gracias a la nocion preconcebida de que unas naves de evacuación estarían equipadas con sistemas de antidetection que aparecerían en el radar, las naves fueron consideradas como un largo hervidero de meteoritos y asteroides, y no objetos hechos por el hombre; por lo tanto se escaparon justo en las narices del enemigo.

Más tarde cuando los oficiales de la flota imperial supieron de esto, las copas de vino que habían sido alzadas para bridar por su victoria se estrellaron contra el suelo. Yang llegó al nuevo territorio con tres millones de civiles y los aplausos de bienvenida le esperaban.

Como una lluvia de meteoris, las palabras de alabanza a la compostura y atrevimiento de Yang llovieron desde los altos jefes de los militares. No tenían eleccion. Después de todo la Flota de la Alianza había perdido esa batalla , huido del enemigo y abandonado a los mismos civicles que se supone debían proteger. Para borrar tal desgracia y deshonor, los líderes de la alianza necesitaban un heroe. Así comenzaron las proclamas: Yang Wen-li: “¡Modelo para los hombres luchadores de la Alianza!” ,”¡ Un guerrero que brilla con la luz de la justicia y la humanidad”!. “¡Que todos los soldados de la alianza alaben a este joven heroe!”

El 12 de junio de ese año, a las 9 (hora estandar) Yang fue ascendido a Teniente. Más tarde en el mismo día, a la 13, fue convertido en teniente comandante. Las normas militares decían que dobles promociones no eran permitidas para oficiales vivos, pero este tratamiento inusual fue arreglado por los aquellos en los escalones más altos de la jerarquia.

Yang mismo no estaba tan emocionado con ello que la gente que le rodeaba. Encogiendo sus hombros, solo murmuraba. “¿Qué en el mundo es todo esto? Y eso era todo. Lo unico que le hacía feliz sobre todo ello era la subida de salario que acompañaba a los ascensos, lo que significaba que podía llenar su biblioteca con todos los libros de historia que había querido siempre.

Sin embargo, esta fue la vez en la que Yang sintió por primera vez un interés real en la estrategia militar. Basicamente la naturaleza fundamental del combate no ha cambiado en lo mas minimo en los ultimos tres o cuatro mil años, pensó yang, comparando sus experiencias con su conocimiento de historia militar. Antes de ir al campo de batalla lo que cuenta es el aprovisionamiento. Y una vez allí, es la calidad de los comandantes. La victoria o la derrota depende de estas dos cosas.

Habían muchos probervios antiguos que emfatizaban la importancia de los comandantes “un general audaz no tiene soldados cobardes” por ejemplo, o “cien ovejas lideradas por un leon triunfaran sobre un centenar de leones liderados por una oveja”

El joven teniente comandante de 21 años sabía mejor que nadie la razón de su éxito. Era porque los militares imperiales – y de la alianza tambien- tenian fe ciega en la tecnología y los instrumentos, y el resultado de ello eran nociones preconcebidas como “si aparece en el radar no debe ser una nave enemiga”

Nada era más peligroso que la sabiduria osificada. Y cuando pensaba sobre ello, ¿ No era tambien la razón por la que había sido capaz de vencer a Wideborn en el simulador entonces? Había sido capaz de sorprender a un oponente que se había aferrado a la idea de un asalto frontal decisivo.

Conocer la psicología de su enemigo. Era el punto mas importante de la estrategia militar. Y después de ese, el reaprovisionamiento en el campo de batalla es absolutamente esencial para hacer buen uso de tus recursos. Llevado a extremos no necesitas ni atacar la fuerza enemiga para nada- era suficiente cortar sus lineas de suministro. Si el enemigo no podría luchar, no tendrían más opción que retirarse.

El padre de Yang había enfatizado el valor del dinero en cada aspecto de su vida. SI tratabas a todos los militares como un solo individuo, el dinero estaría en la linea de suministros. Cuando pensaba acerca de ello de esa forma, las palabras de su padre resultaban ser muy valiosas después de todo.

Tras esto, casi cada vez que Yang participaba en operaciones de combate, conseguiría un logro inesperado de alguna clase. Y con esos logros vinieron las promociones a commandante, después capitan y a la edad de veintinueve. Comodoro. Wideborn, su viejo compañero de clase era contraalmirante , pero porque como un capiran se había aferrado a su estrategia ortodoxa, realizado un ataque frontal y así…. Recivido una promoción doble especia de forma póstuma.

Y ahora Yang Wen-Li estaba en la region estelar Astarte. De dronto un alboroto estalló en el puente. Y no uno agradable. Había sido causado por un mensaje recibido por una nave de vigilancia.

“La flota imperial no esta en el área predicha. Estan acelerando rápido e interceptaran a la cuarta flota.” 


“¿Qué?” Grito Paetta. Su voz era estridente y teñida de histeria. “¡Es una locura… No lo harían!”

Yang se acercó a su consola y recogió el documento que yacía allí casi avergonzado. Un documento de papel. Cuatro mil años desde su invencion por los antiguos chinos , pero a la humanidad todavía no se le había ocurrido un mejor soporte sobre el que escribir. El documento era el plan operacional que había enviado antes. Hojeó entre las páginas. Lineas de texto escritas en las letras impersonales de su procesador de texto saltaron a el.

...Si el enemigo desea tomar acción agresiva, podrían ver estar circunstancias no como una amenaza de acción envolvente, sino como una oportunidad única de atacar nuestras fuerzas divididas y destruirlas de forma individual. Si esto pasara, el enemigo iniciaría la ofensiva contra la cuarta flota, que está posicionada directamente frente a ellos. Numéricamente es la más pequeña y por tanto la más fácil de atacar y derrotar. Además tras derrotar la cuarta flota, el enemigo podría atacar a su discrección a la segunda o sexta flota. Una forma de resistir a esta estrategia sería: Tras encontrarles y entablar combate, la cuarta flota debería devolver una tibia resistencia por un tiempo y comenzar una lenta retirada. Mientras el enemigo les persigue, la segunda y sexta flota les atacan por detrás. Cuando el enemigo trate de virar, la segunda y sexta flotas devuelven una ligera resistenia mientras se retiran y esta vez la cuarta flota ataca por detrás. Repetir hasta la extenuación del enemigo. Entonces rodear y destruir. Esta estrategia tiene una alta probabilidad de éxito, pero prestar gran atencion a la concentracion de fuerzas, comunicacion y flexibilidad en avance y retirada puesto que son aspectos esenciales.

Yang cerro el fichero y echó un vistazo al gran monitor. Cientos de millonesde estrellas le devolvían la mirada, fríamente.

El joven comodoro casi había empezado a silbar, pero se paró y empezó a trabajar ocupadamente en su consola.

1 comentario:

Deicidium dijo...

Muchas gracias por tu esfuerzo, espero sigas motivado. :)

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